"Nuestra cabeza es redonda. para permitir al pensamiento cambiar de dirección."
FRANCIS PICABIA
El cuento "La última pregunta" del narrador de ciencia ficción Isaac Asimov plantea el problema del futuro del hombre y de su mundo en un universo cada vez más ocupado por el desorden entrópico y en vías de extinción. ¿Qué le ocurrirá al mundo y qué será del pensamiento, del ser pensante, cuando la entropía llegue hasta el fin, esto es, cuando la tendencia al agotamiento energético acabe sus posibilidades y finiquite de ese modo todas las instancias de renovación en el cosmos. Muchos filósofos y científicos de todos los tiempos se han planteado y dado respuestas a este interrogante milenario.
Los pensadores griegos de la antigüedad creyeron, bajo la influencia del mito, que el mundo no ha sido siempre el mismo y que no lo será eternamente. Para Heráclito cada 10.800 años, un año cósmico en las cuentas esotéricas de entonces, todo vuelve al fuego original, y en esa fase desaparece la diferencia entre Dios y el mundo. Anaximadro considera al "apeirón" como fuente y fin del universo: " De allí mismo de donde las cosas brotan, allí encuentran también su destrucción conforme a la ley", dice. El universo de Pitágoras en un todo único, un orden (Kosmos) que se debe a la estructura que posee. Dios es la armonía de sus partes, las cuales están determinadas por los números. En las fantasías de Empédocles sobre la formación del mundo a partir del "Sphairos" (materia fusionada e indiferenciada) y desde la "Acosmia" (elementos absolutamente sueltos) encontramos veladamente la teoría de la expansión del universo de la física teórica moderna. El notable físico y matemático inglés Stephen W. Hawking ha sustentado en su libro "Historia del tiempo" que el universo, así como tuvo un comienzo, tendrá también un final. " De acuerdo con la teoría general de la relatividad, tuvo que haber habido un estado de densidad infinita en el pasado, el big bang, que habría constituido un verdadero principio del tiempo", afirma en él. El final sobrevendrá probablemente con el colapso producido después de la fase de contracción, en el big Crunch, o por la formación de singularidades locales que originarían "agujeros negros" en donde el tiempo también desaparecería. Como estamos en la fase expansiva, en la fase de aumento del desorden, en el imperio de la entropía, podemos existir. Cuando no exista una flecha termodinámica clara del tiempo que explique el desorden o caos, cuando éste sea casi completo, esto es, cuando las estrellas hayan desaparecido y los protones y neutrones se hayan desintegrado "probablemente en partículas ligeras y radiación", el pensamiento del hombre será del todo imposible. El sabio de Cambridge, más en la línea de Spinoza, no cree que el pensamiento pueda existir al margen del cuerpo pensante que es el hombre, no obstante que se identifica con Teilhard de Chardin al decir que la raza humana "ha creado un pequeño rincón de orden (el cerebro) en un universo cada vez más desordenado". De manera que el desorden es parte de la naturaleza, asi como una tendencia unviersal. Y asi en medio de esta sonfonia caotica, busquemos un poco de paz y orden. . . . . . . PoSiTiVe ViBrAtIoN.
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