miércoles, diciembre 12, 2007

La montaña más alta del MuNdO. . .


No escribir lo que se piensa, sino lo que se percibe, y lo que se siente cuando se percibe.”

Mario Levrero

Seguía cabilando el filosofo en voz alta, mientras los bencejos pasaban surcando el cielo en la montaña más alta:


"Para ocuparse de fisiología con una buena conciencia, es preciso que los órganos de los sentidos no sean considerados como fenómenos en el sentido de la filosofía idealista. De lo contrario, no podrían ser causas. El sensualismo sería, por lo menos, considerado como hipótesis reguladora, para no decir que como principio eurístico. ¡ Cómo! ¡Pues no hay quien pretende que el mundo exterior es obra de nuestros órganos? Pero entonces nuestro cuerpo, que forma parte del mundo exterior. ¿Sería la obra de nuestros órganos?. Por consiguiente, nuestros órganos serían la obra de nuestros órganos. Ésta es, según creo, una profunda reducción al absurdo, admitiendo que la concepción causa sui sea algo fundamentalmente absurdo. Por consiguiente, el mundo exterior ¿no es la obra de nuestros órganos?.


El cerebro humano encierra tantos misterios, la imaginación uno de esos dragones inalcanzables, estrategia evolutiva que permitió al hombre en épocas primigenias sobrevivir y que en tiempos recientes nos permite salir un momento de la presión propia del “progreso”. Deberían darse clases en todos los niveles educativos sobre como ejercitar nuestra imaginación, aunque sospecho que los psicólogos no estarían muy contentos con la idea jajajajjaja. Ahora vuelvo, voy al lugar donde pastan mis dragones. . .

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